El Departamento de Educación informó que revocó las directrices de la era Biden que permitían usar fondos federales para pagar a estudiantes universitarios por trabajar en casillas electorales.
En una nueva guía emitida el martes, la dependencia aclaró que el programa de Trabajo Federal Estudiantil (FWS, por sus siglas en inglés), que ofrece empleos de medio tiempo a estudiantes con necesidad económica, no cubre actividades relacionadas con “actividad política partidista o no partidista”.
Según la guía, trabajos como ayudar a registrar votantes o desempeñarse como funcionario de casilla son considerados inherentemente políticos, ya que, aun si se realizan dentro o fuera del campus, facilitan el acto de votar, mediante el cual los ciudadanos expresan formalmente su apoyo a candidatos políticos.
Esta interpretación revoca dos directrices anteriores, emitidas en 2022 y 2024. La última, publicada pocos meses antes de las elecciones generales de ese año, establecía que los fondos del programa FWS podían usarse para contratar estudiantes en “trabajos de participación cívica”, siempre que no estuvieran “asociados con un interés o grupo en particular”.
“Este trabajo puede incluir el apoyo a actividades amplias para fomentar el voto, el registro de votantes, la asistencia en casillas electorales o a través de una línea directa de ayuda, así como desempeñarse como funcionario de casilla”, señalaba la directriz ahora revocada.
En ese momento, la administración Biden sostuvo que la medida buscaba incrementar la participación electoral entre los estudiantes universitarios. Estudios habían indicado que la mayoría de los campus en Estados Unidos carecían de centros de votación presenciales, pese a los mandatos en algunos estados, como Nueva York, donde las universidades con un número determinado de votantes activos deben contar con casillas electorales.
La medida generó oposición en estados gobernados por republicanos. En abril de 2024, por ejemplo, 16 fiscales generales republicanos firmaron una carta en la que rechazaban la afirmación de que la iniciativa del programa FWS respondía al interés público, calificándola en cambio como “un ejemplo de cómo usar dinero público para atraer votos de un sector de electores políticamente alineado”.
“Gastar dinero de los contribuyentes para llevar a más votantes demócratas a las urnas este otoño parece ser la política de esta administración”, escribieron, y añadieron que sería “ingenuo, en el mejor de los casos”, suponer que los administradores universitarios —a quienes señalaron como más proclives a tener inclinaciones políticas de izquierda—, se esforzarían en garantizar que el trabajo de los estudiantes se mantuviera imparcial.
El subsecretario de Educación, Nicholas Kent, respaldó estas preocupaciones al anunciar la reversión el martes, y atribuyó el cambio a los fiscales generales republicanos que plantearon el tema.
“El Programa Federal de Estudio y Trabajo está diseñado para brindar a los estudiantes oportunidades de adquirir experiencia práctica que los prepare para tener éxito en el ámbito laboral, no para financiar el activismo político en nuestros campus universitarios”, señaló Kent.
Además, el departamento recordó a las universidades que no deben distribuir materiales de registro de votantes a estudiantes de quienes tengan razones para creer que no son elegibles para votar, como los estudiantes internacionales.
En su lugar, se instruyó a las instituciones a informar a los alumnos que solo los ciudadanos estadounidenses pueden votar en elecciones federales, que no pueden votar más de una vez y que, en la mayoría de los estados, solo pueden registrarse en la jurisdicción donde residen.
El departamento indicó que su nueva guía es consistente con la orden ejecutiva emitida por el presidente Donald Trump en marzo, orientada a salvaguardar la integridad electoral.
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