El superávit registrado en la balanza comercial de México durante octubre no obedece a un fortalecimiento estructural de la economía, sino principalmente a una disminución de la demanda y de la actividad productiva, tanto en Estados Unidos como en el propio país, afirmó una economista mexicana.
El Inegi reportó en su último informe de la balanza comercial el superávit de octubre por 606.1 millones de dólares, comparado con el déficit de 2400 millones de dólares de septiembre pasado.
En entrevista con The Epoch Times, Cristina Isabel Ibarra Armenta, presidenta de la Federación Mexicana de Economistas Colegiados, explicó que, si bien se observa un comportamiento positivo en la balanza de pagos, México aún mantiene un déficit en la cuenta corriente, por lo que el superávit comercial debe interpretarse con cautela.
"Cuando en Estados Unidos hay una contracción económica, se importa menos. Ahora las importaciones disminuyeron y las exportaciones subieron un poco más rápido", señaló. Detalló que una parte importante del comercio exterior mexicano se basa en importaciones temporales, donde las empresas traen insumos, producen en México y luego reexportan, por lo que exportaciones e importaciones suelen moverse de manera paralela.
No obstante, la disminución o cierre de líneas productivas de empresas estadounidenses, principalmente en la zona centro del país vecino y en la frontera norte, alteró este equilibrio. "Eso hace que la balanza cambie un poquito", expuso.
Por ejemplo, General Motors pausó su producción en su planta de Guanajuato por varias semanas en julio de 2025. Otras compañías automotrices modificaron sus planes de producción para mitigar el impacto de los aranceles de Trump sobre los automóviles importados. Stellantis, empresa automotriz, también pausó su producción en su planta de Toluca en el mes de abril.
Trabajadores ensamblan automóviles en la recién renovada planta de montaje de Ford en Chicago el 24 de junio de 2019. (Jim Young/ AFP vía Getty Images).Ibarra Armenta advirtió que, pese al superávit observado en octubre, México mantiene un déficit relevante en la importación de productos energéticos, como petróleo, gasolinas y otros derivados.
También indicó que el resultado es parcialmente mejor que el del año pasado. "Estábamos en una situación peor el año pasado, en el 2024", dijo, pero subrayó que la mejora no responde a un mayor dinamismo económico.
La especialista atribuyó el resultado a dos factores principales: la contracción de la demanda en Estados Unidos, que reduce su nivel de importaciones, y el menor crecimiento de la economía mexicana, lo que también reduce las compras al exterior. "Cuando la economía crece menos, hay menos importaciones porque tenemos menos compras al exterior, y esto ayuda a que la balanza de pagos en este momento sea positiva", concluyó.
Finalmente, agregó que el ingreso de recursos, que disminuyó ligeramente frente a 2024, sigue en valores elevados, al ubicarse hasta el tercer trimestre en más de 45 millones de dólares, lo que también ha contribuido al balance actual.
Organizaciones como el Banco de México y el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronosticaron la contracción de la economía mexicana debido al impacto de los aranceles de Estados Unidos.
El Banco de México pronosticó a principios de año la reducción del PIB y alertó sobre una posible contracción de la economía ante la elevada incertidumbre debido a las políticas de la nueva administración del presidente Trump.
"El efecto de los aranceles y la incertidumbre comercial continuará limitando el crecimiento", dice un informe del FMI sobre la economía mexicana del 27 de octubre de 2025.
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