El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, abandonó la cumbre del G7 celebrada en Canadá el 17 de junio ante la falta de nuevos compromisos de ayuda por parte de Estados Unidos y sin haber conseguido la ansiada reunión con su homólogo estadounidense.
En un mensaje publicado en la red social X, Zelenski afirmó que la diplomacia estaba "en crisis" tras no poder reunirse con el presidente estadounidense, Donald Trump, en la cumbre celebrada en Alberta, Canadá del 15 al 17 de junio.
Además de Estados Unidos y Canadá, el Grupo de los Siete (G7) está formado por el Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y Japón.
El 16 de junio, Trump abandonó repentinamente la cumbre y regresó a Washington, un día antes de lo previsto, para abordar el conflicto entre Israel e Irán.
En declaraciones anteriores, Zelenski expresó su esperanza de reunirse con Trump para discutir la posible adquisición por parte de Kiev de equipo militar estadounidense."Una de las cuestiones que discutiré con el presidente Trump durante la reunión es el paquete de defensa que Ucrania está dispuesta a comprar", declaró a los periodistas en Viena el 16 de junio.
Tras unirse a la cumbre al día siguiente, Zelenski pidió a los líderes restantes del G7 que "siguieran instando al presidente Trump a que utilizara la influencia que realmente tiene para obligar [al presidente ruso Vladimir] Putin a poner fin a esta guerra".
"Fueron Estados Unidos y el presidente Trump quienes propusieron un alto el fuego [entre Rusia y Ucrania], la reanudación de la diplomacia, reuniones inmediatas y negociaciones", escribió en una publicación del 17 de junio en X.
"Pero Rusia ha bloqueado todos los esfuerzos", añadió Zelenski, que regresó a Ucrania ese mismo día.
Sin declaración conjunta sobre Ucrania
Antes de su partida, Zelenski se reunió con los demás líderes del G7, entre ellos el primer ministro británico, Keir Starmer, y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte.El líder ucraniano también recibió una promesa de ayuda del primer ministro canadiense, Mark Carney, quien anunció que su país proporcionaría a Kiev dos mil millones de dólares canadienses (unos 1.47 mil millones de dólares estadounidenses) en ayuda militar.
Canadá, que actualmente ostenta la presidencia rotatoria del G7, sigue siendo uno de los más firmes defensores de Ucrania.
Sin embargo, su capacidad para ayudar a Ucrania en la guerra es muy inferior a la de Estados Unidos, que hasta ahora ha sido el mayor proveedor de ayuda militar a Kiev.
Inicialmente, se había especulado con que los líderes del G7 emitirían una declaración conjunta en la que expondrían su postura sobre el conflicto entre Rusia y Ucrania, que ya entra en su cuarto año.
Sin embargo, al término de la cumbre, el 17 de junio, una portavoz de Carney afirmó que nunca se había previsto emitir una declaración conjunta sobre Ucrania.

No obstante, el primer ministro canadiense, en su calidad de presidente de la cumbre, sí emitió un comunicado en el que resumía las deliberaciones.
"Los líderes del G7 expresaron su apoyo a los esfuerzos del presidente Trump por lograr una paz justa y duradera en Ucrania", reza el comunicado.
"Reconocieron que Ucrania se comprometió a un alto el fuego incondicional y acordaron que Rusia debía hacer lo mismo".
Además, afirmaba que los líderes del G7 "están decididos a explorar todas las opciones para maximizar la presión sobre Rusia, incluidas las sanciones financieras".
Antes de abandonar la cumbre, el canciller alemán Friedrich Merz expresó su "cauteloso optimismo" de que "en los próximos días también se tomarán decisiones en Estados Unidos para imponer nuevas sanciones contra Rusia".
Cuando se le preguntó sobre el resultado de la cumbre, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que el G7 —del que Rusia es antiguo miembro— había "perdido su relevancia" para Moscú.
"Dada la disminución de la cuota de los países del G7 en la economía mundial, [y] dadas las tendencias observadas en los países del G7... el G7 parece muy sombrío y bastante ineficaz", dijo Peskov a los periodistas en una rueda de prensa el 17 de junio.
En 2017, Rusia se retiró del grupo de naciones —entonces conocido como el G8— después de que su membresía fuera suspendida tres años antes.
Con información de Reuters.
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