La administración Trump ha ordenado el despliegue de tropas de la Guardia Nacional en Los Ángeles tras los violentos enfrentamientos entre agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y manifestantes.
Los manifestantes se enfrentaron a las autoridades federales e intentaron entrar por la fuerza en el edificio federal Roybal el 6 de junio, mientras los agentes del ICE llevaban a cabo múltiples redadas de inmigración en todo el condado de Los Ángeles.
El zar de la frontera de la Casa Blanca, Tom Homan, dijo que estos enfrentamientos serían respondidos con medidas federales, incluido el despliegue de tropas de la Guardia Nacional.
«Vamos a traer a la Guardia Nacional esta noche», dijo Homan en una entrevista con Fox News el sábado por la noche.
Poco después de la aparición de Homan en Fox News, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, emitió un comunicado en el que confirmó que la Casa Blanca tiene la intención de movilizar a 2000 efectivos de la Guardia Nacional.
«La Administración Trump tiene una política de tolerancia cero con el comportamiento delictivo y la violencia, especialmente cuando esa violencia se dirige contra los agentes del orden que intentan hacer su trabajo», dijo Leavitt. «Estos delincuentes serán detenidos y llevados rápidamente ante la justicia. El comandante en jefe se asegurará de que las leyes de los Estados Unidos se cumplan plena y completamente».
El gobernador de California, Gavin Newsom, en una publicación en las redes sociales, dijo que el despliegue de tropas previsto equivalía a una toma de control de la Guardia Nacional por parte del Gobierno federal. Newsom afirmó que la medida es «deliberadamente incendiaria y solo servirá para aumentar las tensiones».
Yasmeen Pitts O'Keefe, portavoz de Investigaciones de Seguridad Nacional del ICE, anunció que los agentes federales arrestaron a 44 personas durante la operación de inmigración del viernes.
Las detenciones provocaron rápidamente manifestaciones.
La Fiscalía de los Estados Unidos dijo que las autoridades arrestaron a David Huerta, presidente del Sindicato Internacional de Empleados de Servicios de California, por intentar impedir las acciones de control migratorio. En su propio comunicado, el sindicato dijo que Huerta fue arrestado y herido por las autoridades «mientras ejercía su derecho a la Primera Enmienda para observar y documentar la actividad policial».
El viernes, la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, emitió un comunicado en el que denunciaba la operación migratoria.
«Estas tácticas siembran el terror en nuestras comunidades y perturban los principios básicos de seguridad en nuestra ciudad. Mi oficina está en estrecha coordinación con las organizaciones comunitarias de defensa de los derechos de los inmigrantes», afirmó. «No vamos a tolerar esto».
En un comunicado de prensa emitido el sábado, el director interino del ICE, Todd Lyons, afirmó que los agentes federales pidieron ayuda durante más de dos horas antes de que los agentes del Departamento de Policía de Los Ángeles intervinieran finalmente contra los manifestantes.
A medida que se intensificaba el enfrentamiento, los manifestantes lanzaron trozos de hormigón contra los agentes.
«Estos violentos alborotadores serán responsables si causan daños a los agentes federales, y que no quepa duda de que el ICE seguirá haciendo cumplir las leyes de inmigración de nuestro país y deteniendo a los extranjeros ilegales que hayan cometido delitos», afirmó Lyons el sábado.
Trump criticó duramente a Newsom y Bass en una publicación en su cuenta de Truth Social el sábado.
«Si el gobernador Gavin Newscum, de California, y la alcaldesa Karen Bass, de Los Ángeles, no pueden hacer su trabajo, que todo el mundo sabe que no pueden, entonces el Gobierno federal intervendrá y resolverá el problema, ¡¡¡DISTURBIOS Y SAQUEOS, como se debe resolver!!!», escribió el presidente.
Los violentos enfrentamientos continuaron por segundo día consecutivo el sábado.
Bass emitió un nuevo comunicado el sábado por la noche, instando a los manifestantes a no recurrir a la violencia.
«Hemos estado en contacto directo con funcionarios en Washington D. C. y estamos trabajando en estrecha colaboración con las fuerzas del orden para encontrar la mejor manera de avanzar», dijo Bass. «Todo el mundo tiene derecho a protestar pacíficamente, pero quiero dejar claro que la violencia y la destrucción son inaceptables, y los responsables rendirán cuentas».
Con información de The Associated Press.
Este es un informe en desarrollo y se actualizará con más detalles.
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