Los precios de la carne de res alcanzaron niveles récord en Estados Unidos y en el mundo en septiembre, ya que tanto los mercados internacionales como los estadounidenses se ven presionados por la reducción del ganado y la fuerte demanda, según datos recientes de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y cifras recientes del gobierno de EE. UU.
El índice global de precios de la carne de la FAO subió 0.7 % en septiembre respecto al mes anterior, lo que representó un aumento de 6.6 % en comparación con el año anterior y el nivel más alto desde que se tienen registros, según un informe del 3 de octubre, que señaló el fuerte aumento de los precios de la carne de res como uno de los factores detrás del incremento.
“Los precios de la carne bovina subieron a un nivel histórico, impulsados por la fuerte demanda en Estados Unidos, donde el suministro limitado interno y la diferencia de precios favorable continuaron incentivando las importaciones, especialmente desde Australia”, indicó el informe.
Estados Unidos, el mayor consumidor de carne de res del mundo, está en el centro de la presión. La Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) informó en semanas recientes que en agosto los precios de los filetes subieron 16.6 % interanual, los asados de res aumentaron 13.6 % y la carne molida subió 12.8 %. Estos incrementos superaron ampliamente el aumento del 3.2 % del índice general de alimentos y del 5.4 % para todas las carnes.
El aumento en los precios de la carne de res refleja años de reducción del ganado. Los inventarios de ganado en EE. UU. cayeron a su nivel más bajo en 70 años, después de que una prolongada sequía en las llanuras del sur redujera los pastizales y elevara los costos del alimento.
Las importaciones que podrían haber mitigado la escasez enfrentan sus propios obstáculos. En mayo, el Departamento de Agricultura de EE. UU. suspendió los envíos de ganado en pie desde México, la principal fuente extranjera de ganado para engorda, tras reportarse brotes de gusano barrenador en la zona fronteriza del sur de México. La larva de esta mosca parasitaria puede causar infestaciones mortales en el ganado, y la prohibición sigue vigente. Al mismo tiempo, la carne de res brasileña, una fuente clave de importación, enfrenta un arancel del 76 %, mientras que los gravámenes sobre otros productores han afectado aún más los flujos de suministro.
La FAO señaló que el suministro limitado en EE. UU. y la diferencia de precios favorable han incentivado más importaciones desde Australia, aunque los altos precios allí han limitado los volúmenes. Los precios de la carne de res brasileña también subieron, respaldados por la fuerte demanda global a pesar del acceso reducido a EE. UU.
La agencia indicó que los precios del cerdo y el pollo se mantuvieron relativamente estables. “Los precios de la carne de cerdo se mantuvieron firmes, ya que la mayor demanda de carne de cerdo brasileña en mercados alternativos compensó la reducción de compras por parte de China”, según el informe, que agregó que el impacto de los nuevos aranceles impuestos por China a las importaciones de carne de cerdo de la Unión Europea fue limitado.
Más allá de lo económico, existen implicaciones políticas por el aumento de los precios de la carne de res.
“Esto podría convertirse en un gran problema para la administración de Trump”, advirtió Jeffrey A. Tucker, fundador del Brownstone Institute y colaborador de Epoch Times, en una columna reciente. “Si la inflación en los precios de los alimentos y de la carne de res en particular continúa así, existe un riesgo real para la presidencia y para todo el Partido Republicano.”
Tucker instó a la Casa Blanca a actuar rápidamente, proponiendo la desregulación de emergencia para aliviar los cuellos de botella en el suministro, la aprobación de legislación que permita más procesamiento local y ventas directas, y la suspensión de aranceles a las importaciones de carne de res. Sin estas medidas, dijo, los consumidores podrían enfrentar escasez prolongada y los republicanos podrían sufrir un daño político duradero.
“Las personas que no son muy políticas tienden a juzgar al partido en el poder por cuánto tienen que gastar en el supermercado”, escribió. “Si se ven obligadas a cambiar de carne de res a arroz y frijoles, culparán al partido gobernante, sin importar qué.”
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