Irán anunció este fin de semana que ponía fin a su relación con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) tras los ataques de Israel y Estados Unidos contra sus instalaciones nucleares.
El ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Seyed Abbas Araghchi, se pronunció en la red social X el 27 de junio, afirmando que el Parlamento iraní había votado a favor de poner fin a la colaboración con la agencia «hasta que se garantice la seguridad de nuestras actividades nucleares».
También culpó en gran medida del ataque a la agencia y a su director general, Rafael Grossi.
«Facilitó directamente la adopción de una resolución con motivaciones políticas contra Irán por parte del Consejo de Gobernadores del OIEA, así como los bombardeos ilegales de Israel y Estados Unidos contra instalaciones nucleares iraníes», afirmó Araghchi en su comunicado. «En una sorprendente traición a sus funciones, [Grossi] tampoco ha condenado explícitamente estas violaciones flagrantes a las salvaguardias del OIEA y de su Estatuto».
«El OIEA y su director general son plenamente responsables de esta sórdida situación».
Araghchi prosiguió diciendo que la insistencia de la agencia en visitar las instalaciones destruidas de Irán era «posiblemente incluso malintencionada» y un «sin sentido», y que su país se reservaba el derecho de tomar medidas para defender sus intereses, su pueblo y su soberanía.
Grossi declaró en las redes sociales el día antes de la votación en Irán: «Tenemos una oportunidad real para la diplomacia en la situación de Irán, que todas las partes deben abordar con determinación, como exige el momento».
Grossi se ha enfrentado a peticiones para su detención e incluso su ejecución en Irán, pronunciamientos que fueron condenados por el secretario de Estado Marco Rubio.
«Las peticiones en Irán para que se arreste y ejecute al director general de la OIEA, Grossi, son inaceptables y deben ser condenados», declaró Rubio en X. «Apoyamos los esfuerzos críticos de verificación y supervisión de la OIEA en Irán y elogiamos al director general y a la OIEA por su dedicación y profesionalidad. Instamos a Irán que garantice la seguridad del personal de la OIEA».
La agencia anunció el 27 de junio que los niveles de radiación en la región se mantenían normales a pesar de los ataques, gracias a los datos recopilados por el Sistema Internacional de Vigilancia Radiológica. Sin embargo, aunque los niveles de radiación fuera del emplazamiento se mantienen estables, Grossi reiteró la evaluación de su agencia de que los ataques «habrían causado emisiones radiactivas localizadas dentro de las instalaciones afectadas y efectos tóxicos localizados».
«Desde el punto de vista de la seguridad nuclear, la central nuclear de Bushehr y el reactor de investigación de Teherán eran nuestra principal preocupación, ya que cualquier ataque que afectara a esas instalaciones, incluidas las líneas eléctricas fuera del emplazamiento, podría haber provocado un accidente radiológico con posibles consecuencias en Irán y más allá de sus fronteras en el caso de la central de Bushehr», declaró Grossi en un comunicado de prensa. «No ha sido así y, por lo tanto, se ha evitado el peor escenario en materia de seguridad nuclear».
Grossi siguió pronunciándose en contra de los ataques a cualquier instalación nuclear y destacó la necesidad de que los inspectores de su agencia continúen con las actividades de verificación que les ha encomendado el Acuerdo de Salvaguardias Amplias con Irán.
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