Mientras el líder chino Xi Jinping promociona lazos estables tras su llamada con el presidente estadounidense Donald Trump, los analistas advierten que la agresión de Beijing en el Indopacífico y el uso de armas en su cadena de suministro exponen ambiciones fundamentales en desacuerdo con las de Estados Unidos y las democracias occidentales.
"Acabo de tener una conversación telefónica muy interesante con el presidente Xi… ¡Nuestra relación con China es extremadamente sólida!", declaró Trump en una publicación del 24 de noviembre en Truth Social, añadiendo que él y Xi hablaron de muchos temas ese día, como la guerra entre Rusia y Ucrania, el fentanilo y los productos agrícolas.
El medio de comunicación estatal chino CGTN confirmó la conversación, pero enfatizó que el "retorno de Taiwán a China es una parte integral del orden internacional de la posguerra", revelando una clara discrepancia entre las dos narrativas.
Xi también afirmó que las relaciones entre Beijing y Washington han mantenido en general "una trayectoria constante y positiva" desde su reunión con Trump en Corea del Sur el 30 de octubre.
Aunque Xi promocionó una relación estable con Washington, las acciones de Beijing están lo contrario.
El Mar de China Meridional sigue siendo el principal punto de fricción
La Armada de Filipinas declaró el 25 de noviembre que al menos 30 buques chinos están invadiendo zonas disputadas en el Mar Occidental de Filipinas desde el 24 de noviembre, amenazando la estabilidad del Indopacífico y desafiando directamente los intereses estadounidenses en la región.Las tensiones han aumentado aún más entre Beijing y Manila desde septiembre, cuando China autorizó la creación de una reserva natural nacional en el disputado banco de arena Scarborough, en el Mar de China Meridional, una medida que refuerza su presencia en la zona y profundiza la actual confrontación marítima.
Expresando su preocupación por las actividades militares chinas en torno a Taiwán y en el Mar de China Meridional, el secretario de Guerra de Estados Unidos, Pete Hegseth, dijo en una conferencia de prensa conjunta el 29 de octubre en Tokio que China ha llevado a cabo una "acumulación militar sin precedentes" y "acciones militares agresivas" en el Indo-Pacífico.
Wang Hung-jen, director ejecutivo del Instituto de Investigación de Política Nacional de Taiwán, advirtió que si bien el tema del Mar de China Meridional no se mencionó explícitamente en la llamada entre Trump y Xi, sigue siendo un punto crítico, y la construcción de islas artificiales por parte de Beijing y los enfrentamientos con Manila representan un riesgo inmediato para las fuerzas estadounidenses que operan en la zona.
"Básicamente, desde las administraciones de Obama y Biden hasta el primer y segundo mandato de Trump, la desconfianza estadounidense hacia China siempre ha existido", declaró Wang a The Epoch Times. "Ya sea el aumento del gasto militar chino o su comportamiento en el Mar de China Meridional, todos estos factores plantean desafíos específicos para Estados Unidos".
La diferencia insalvable: Taiwán
Wang dijo que Xi utilizó la llamada con Trump esencialmente con fines de propaganda interna para caracterizar a Taiwán —una democracia autónoma que Beijing reivindica y no ha descartado el uso de la fuerza para ponerla bajo su control— como uno asunto interno, mientras que el silencio de Trump sobre el tema subraya un conflicto estratégico fundamental con respecto a Taiwán."Desde la perspectiva estadounidense, considerarían que la posición de Beijing no es más que la propia interpretación de China, pero Washington tiene su propia lectura de la cuestión de Taiwán que difiere de la visión unilateral de Beijing", dijo Wang.
En una línea similar, Tsai Jung-hsiang, profesora de ciencias políticas en la Universidad Nacional Chung Cheng de Taiwán, argumentó que las llamadas telefónicas no pueden resolver los conflictos estructurales impulsados por las ambiciones crecientes de Beijing, que siguen siendo incompatibles con el papel de Washington en el mantenimiento del orden en el Indo-Pacífico.
"Desde que el presidente de Taiwán, Lai Ching-te, asumió el cargo, los ejercicios militares de China han sido continuos, lo que demuestra que Beijing pretende usar la coerción militar para invadir el país", declaró Tsai a The Epoch Times. "Es imposible que Estados Unidos y China lleguen a un consenso sobre la soberanía de Taiwán mediante llamadas o negociaciones, porque Trump jamás aceptará la narrativa unilateral de China".
La guerra de Ucrania los separa aún más
Además de plantear la cuestión de Taiwán, el comunicado de China decía que los dos líderes también discutieron la guerra en Ucrania y que Xi pidió un "acuerdo de paz justo, duradero y vinculante en una fecha próxima".Sin embargo, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha acusado repetidamente a China de suministrar armas y pólvora a Rusia, una preocupación compartida por el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent.
Espectadores, entre ellos el presidente ruso Vladimir Putin, el presidente chino Xi Jinping, el presidente tayiko Emomali Rahmon, el presidente turcomano Serdar Berdimuhamedow y el presidente uzbeko Shavkat Mirziyoyev, asisten a un desfile militar en conmemoración del 80 aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial, en la Plaza Roja del centro de Moscú, el 9 de mayo de 2025. (Sputnik/Vyacheslav Prokofyev/Pool vía Reuters)Tsai dijo que la llamada entre Trump y Xi simplemente permitió a ambos líderes exponer sus posiciones sobre la guerra de Ucrania, y que la conducta real de China apunta en una dirección diferente de su apoyo declarado a la paz, una divergencia que contrasta con el impulso de Trump a favor de un fin rápido del conflicto y está limitada por lo que la breve llamada podría lograr de manera realista.
"Aunque China siempre parece neutral en sus declaraciones, su continuo suministro de equipos y materiales relevantes para el campo de batalla a Rusia, junto con el aumento de las importaciones de energía, muestra que esta neutralidad es solo una fachada y que el continuo apoyo de Beijing ya ha provocado la ira de los gobiernos occidentales", dijo Tsai.
China se ha convertido en uno de los principales compradores de petróleo de Rusia desde que comenzó la invasión de Ucrania en 2022, y Moscú ahora espera una cooperación más profunda en las exportaciones de crudo y gas natural licuado (GNL).
Coincidiendo con la opinión de Tsai, Wang dijo que las declaraciones públicas de Trump han dejado claro que cree que China está apoyando a Rusia y que los vacíos llamados de Beijing a la paz ofrecen a Washington pocos motivos para esperar el apoyo chino para poner fin a la guerra
En cuanto a Ucrania, Estados Unidos no necesita que China ofrezca una solución, ya que Washington ya está dialogando directamente con Moscú. Los funcionarios consideran las declaraciones de Beijing retórica vacía, una postura que Washington solo tolera mientras China se abstenga de socavar el impulso para poner fin al conflicto, afirmó Wang.
Coerción mediante cadenas de suministro
Volviendo al sector agrícola, Trump escribió en su publicación que ambas partes "han cerrado un acuerdo bueno y muy importante" para los agricultores estadounidenses.Respaldando este optimismo, Bessent confirmó el 25 de noviembre que China está "justo según lo previsto" con sus compras de soja, mientras que los funcionarios señalaron que pronto se anunciará un nuevo paquete de ayuda multimillonario para los agricultores estadounidenses.
Incluso con el comercio agrícola en marcha, un artículo de octubre del grupo de expertos británico Chatham House sostuvo que incluso los acuerdos exitosos sobre los controles de exportación de soja o minerales de tierras raras ofrecen "poco andamiaje sobre el cual apuntalar los cimientos estructurales de esta rivalidad".
El informe advirtió que, en lugar de estabilizar los lazos, las herramientas de influencia económica de Beijing deberían verse no sólo como contramedidas específicas, sino como "un ensayo general para una coerción más amplia".
Un hombre conduce una pala cargadora frontal para extraer tierra que contiene minerales de tierras raras para su exportación a Japón en un puerto de Lianyungang, provincia de Jiangsu, China, el 5 de septiembre de 2010. China ostenta un cuasi monopolio sobre la industria de las tierras raras, desde la minería y el refinado hasta la fabricación de imanes. (Editado por The Epoch Times, STR/AFP vía Getty Images)Wang señaló que ni la decisión de Beijing de retrasar la imposición de controles sobre tierras raras después de la reunión de Busan ni el silencio sobre el tema durante la llamada entre Trump y Xi abordan el problema central de la militarización de la cadena de suministro.
“Cuando el gobierno holandés congeló el control de Nexperia, un fabricante de chips de propiedad china, por preocupaciones de seguridad nacional, China bloqueó inmediatamente las exportaciones de chips Nexperia terminados en represalia, lo que demuestra que el enfoque actual de Beijing sigue siendo táctico y su estrategia de convertir las cadenas de suministro en palanca permanece inalterada", dijo Wang.
Wang agregó que muchos países alguna vez apostaron a que la globalización suavizaría la política de China a través de la integración económica, pero esa apuesta ha fracasado con el régimen autoritario de Beijing, una realidad que democracias como Estados Unidos ahora deben enfrentar.
"Washington ahora se centra en reducir dichos riesgos, por lo que ha estado firmando acuerdos sobre tierras raras con Australia y Japón, con el objetivo de reducir drásticamente la dependencia de China en el próximo año o dos", afirmó Wang.
Con una visión similar, Tsai predijo que la manipulación de la cadena de suministro de Beijing resultará efectiva sólo en el corto plazo, actuando como presión económica pero perdiendo valor una vez que Washington asegure fuentes alternativas.
El enfoque de Trump sobre los lazos económicos y los aranceles con China tiene un objetivo claro: impedir que Beijing convierta los beneficios comerciales en poder militar. Por lo tanto, la competencia entre grandes potencias entre Washington y Beijing nunca cambiará por unas pocas llamadas telefónicas, afirmó Tsai.
Con información de Reuters.
