Los principales funcionarios comerciales del presidente Donald Trump dicen que el programa arancelario de gran alcance de la administración permanecerá intacto incluso si la Corte Suprema restringe el uso de los poderes económicos de emergencia por parte del presidente, lo que indica que la Casa Blanca ya ha trazado autoridades alternativas para preservar su acción comercial distintiva.
En una aparición el 5 de diciembre en el pódcast "The Conversation", de un medio de noticias de Estados Unidos, el Representante Comercial Jamieson Greer, afirmó que la administración preparó mecanismos de contingencia durante años y dejó claro que la arquitectura arancelaria de Trump se mantendrá vigente independientemente del resultado legal.
"Llevamos cinco años o más considerando este plan", declaró Greer, y añadió que, si bien la administración espera ganar en las cortes, no cree que los aranceles en sí mismos estén en riesgo.
"Los aranceles formarán parte del panorama político en el futuro", declaró.
Trump impuso muchos de los aranceles de este año bajo la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA), una ley de 1977 que permite a los presidentes regular las importaciones tras declarar una emergencia nacional. Varias cortes inferiores dictaminaron que la administración se excedió en esa autoridad, lo que llevó a las empresas a demandar reembolsos y obligó a la Casa Blanca a apelar ante la Corte Suprema.
Los jueces escucharon argumentos el mes pasado en un caso que podría limitar el alcance del uso que los presidentes pueden dar a la ley de poderes económicos de emergencia para acciones comerciales.
Cuando se le preguntó si la Casa Blanca está dispuesta a mantener los aranceles incluso si la Corte Suprema limita la IEEPA, Greer se negó a detallar el plan B, pero aclaró que existe. Al preguntársele si la administración tiene preparadas otras facultades legales, respondió: "Por supuesto".
También rechazó la idea de que la batalla legal amenace la trayectoria estratégica de la política comercial estadounidense.
"En primer lugar, no se cambian 70 años de política comercial de la noche a la mañana", dijo. "Y en segundo lugar, cuando algunos dicen: ‘Bueno, esto es un caos. ¿Cuál es su estrategia?’, lo que realmente quieren saber es si podemos volver a como era antes. Y eso no va a suceder".
Los comentarios de Greer refuerzan las declaraciones realizadas días antes por el secretario del Tesoro, Scott Bessent, quien dijo a The New York Times que la administración podría "recrear la estructura arancelaria exacta" incluso si se recortara la IEEPA.
El secretario del Tesoro afirmó que el gobierno podría, en cambio, ampararse en las Secciones 301 y 122 de la Ley de Comercio de 1974 y la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962, un conjunto de facultades que permitirían al presidente imponer aranceles por motivos de seguridad nacional o comercio desleal.
Bessent también afirmó que la administración puede imponer aranceles de forma permanente e instó a los países que negociaron alivios arancelarios con Trump a "cumplir" con sus acuerdos independientemente del fallo de la Corte Suprema.
La convergencia de las declaraciones de Greer y Bassent, sugiere que la administración trata de tranquilizar tanto al público nacional como al internacional de que el régimen arancelario no se desmoronará debido a litigios.
Los comentarios de Greer ocurren mientras la recién publicada Estrategia de Seguridad Nacional de Trump enmarca la seguridad económica como un pilar de la seguridad del país, ampliando el papel de las herramientas arancelarias para proteger las cadenas de suministro, presionar a los adversarios y apoyar la capacidad industrial estadounidense.
Si bien Greer no citó la estrategia directamente, el documento refuerza el argumento general de la administración de que los aranceles son parte integral del poder estadounidense, y no una moneda de cambio temporal.
"Estados Unidos reindustrializará su economía, relocalizará la producción industrial y fomentará y atraerá la inversión en nuestra economía y nuestra fuerza laboral, con un enfoque en los sectores tecnológicos críticos y emergentes que definirán el futuro", afirma el documento de estrategia.
Lo haremos mediante el uso estratégico de aranceles y nuevas tecnologías que favorezcan la producción industrial generalizada en todos los rincones de nuestra nación, eleven el nivel de vida de los trabajadores estadounidenses y garanticen que nuestro país nunca más dependa de ningún adversario, presente o potencial, para productos o componentes críticos.
En su aparición en "The Conversation", Greer afirmó que la administración ha construido un sistema arancelario escalonado destinado a acercar las cadenas de suministro a Estados Unidos, con China enfrentando los aranceles más elevados, el Sudeste Asiático e India a continuación, los aliados en el medio y las tasas más bajas en el hemisferio occidental.
"Realmente se pueden ver casi como anillos concéntricos", afirmó, y describió el diseño como un reflejo de la visión de Trump de los aranceles como una herramienta esencial para reforzar la economía y la seguridad nacional de Estados Unidos.
