El régimen comunista chino anunció el 23 de mayo que continuará las conversaciones con el gobierno estadounidense para estabilizar sus relaciones bilaterales, mientras ambas partes trabajan para resolver sus disputas comerciales.
El viceministro de Asuntos Exteriores chino, Ma Zhaoxu, habló por teléfono con el subsecretario de Estado estadounidense, Christopher Landau, el 22 de mayo para abordar «cuestiones importantes de interés común», según un comunicado emitido por el Ministerio de Asuntos Exteriores del régimen.
Los funcionarios también intercambiaron opiniones sobre las relaciones entre Estados Unidos y China y acordaron la necesidad de seguir manteniendo la comunicación, afirmó el ministerio, sin proporcionar más detalles.
La portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, también confirmó la conversación telefónica entre los dos funcionarios y afirmó que las conversaciones abarcaron «una amplia gama de cuestiones de interés mutuo», pero no dio más detalles.
Ambas partes reconocieron la importancia de las relaciones bilaterales para sus pueblos y para el mundo, y acordaron mantener abiertas las líneas de comunicación, afirmó en un comunicado.
Pausa de 90 días
Las dos naciones acordaron en Ginebra, Suiza, el 12 de mayo establecer un mecanismo para seguir debatiendo cuestiones económicas y comerciales. El objetivo era reducir las tensiones comerciales derivadas de la imposición de importantes aranceles mutuos en los últimos meses.El secretario del Tesoro de EE. UU., Scott Bessent, dijo que ambas partes habían llegado a un acuerdo para suspender temporalmente sus medidas comerciales y reducir los aranceles recíprocos durante 90 días.
Según el acuerdo, Estados Unidos y China reducirán los aranceles en 115 puntos porcentuales cada uno, al tiempo que mantendrán un arancel adicional del 10 por ciento sobre las importaciones del otro país, según una hoja informativa publicada por la Casa Blanca.
Como resultado, el arancel recíproco de Estados Unidos sobre las importaciones chinas se redujo del 145 por ciento al 30 por ciento, mientras que China bajó sus aranceles sobre los productos estadounidenses del 125 por ciento al 10 por ciento.
El presidente Donald Trump impuso esos aranceles a las importaciones procedentes de China y otros socios comerciales en un esfuerzo por reducir el déficit comercial y hacer frente a lo que describió como prácticas comerciales desleales contra Estados Unidos.
En una hoja informativa publicada tras el acuerdo, la Casa Blanca afirmó que el déficit comercial de Estados Unidos con China fue de 295,400 millones de dólares el año pasado, lo que lo convierte en «el mayor déficit con cualquier socio comercial». Se espera que el acuerdo aborde este desequilibrio comercial, según se afirmó.
El Ministerio de Comercio de China declaró que los elevados aranceles han «dañado gravemente el comercio bilateral normal y perturbado el orden económico y comercial internacional».
El 21 de mayo, la delegación estadounidense ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) instó a los Estados miembros a abordar las deficiencias en las relaciones comerciales que, según afirmó, habían dado lugar a enormes déficits comerciales, y pidió reformas urgentes del sistema de la OMC.
«El sistema comercial multilateral, tal y como está construido actualmente, ha sido incapaz de abordar los graves retos a los que se enfrenta», afirmó la delegación en un comunicado.
Estados Unidos afirmó que los miembros de la OMC no habían abordado los graves desequilibrios comerciales y las políticas no basadas en el mercado que, según ellos, son contrarias a los principios de la OMC.
Con información de Reuters.
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