Hungwei Sun escapó dos veces del régimen comunista chino. Ahora, en Estados Unidos, el régimen sigue intentando silenciarlo.
Nacido en la era de la política del hijo único del Partido Comunista Chino (PCCh), su madre se negó a renunciar a él. Luego, cuando la familia fue perseguida por su fe, ella lo envió a un lugar seguro a costa de que él perdiera su infancia.
Hoy en día, Sun sigue siendo uno de los principales objetivos del PCCh, por razones completamente diferentes.
Es bailarín principal de Shen Yun Performing Arts, la principal compañía de danza clásica china del mundo, con sede en Nueva York. Como grupo con la misión de "revivir 5000 años de civilización china", estos artistas sacan a la luz lo que el PCCh ha intentado desesperadamente borrar y lo comparten con casi un millón de espectadores en todo el mundo cada año.
La represión del PCCh
Cuando Yuanzhu Zhu se quedó embarazada por segunda vez, primero recurrió a Dios. En un templo, recibió el mensaje de que este niño era bendecido, lo que reforzó su determinación de proteger la vida de su segundo hijo.En 1979, el PCCh había implementado una política de planificación demográfica de "un solo hijo", con sanciones severas para quienes la infringieran.
Eso significaba que Zhu, en 1995, se habría visto obligada a abortar si se hubiera descubierto que estaba embarazada de un segundo hijo. Pero como su suegro vivía en Taiwán, la familia solicitó salir del país con el fin de "visitar a familiares" y viajó con éxito a Taiwán. Allí, Zhu dio a luz a Sun, que recibió la ciudadanía taiwanesa. Unos meses más tarde, regresaron a China.
Una pintura propagandística en Guangdong, China, promueve la idea de la política del hijo único. El texto dice: "Planificar el nacimiento de un hijo es responsabilidad de todos". (Clpro2/CC BY-SA 3.0)
En mayo de 1999, Zhu llevó a Sun, de 4 años, a un seminario sobre Falun Gong, donde se reprodujo una grabación de una conferencia impartida por el fundador, el Sr. Li Hongzhi, para los asistentes. Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, enseña los tres principios de Verdad, Benevolencia, Tolerancia, y ganó gran popularidad después de ser presentado al público chino en la década de 1990.
Pero solo unos meses después de que Zhu comenzara a practicarlo, el PCCh prohibió Falun Gong y lanzó una violenta campaña de persecución contra él el 20 de julio de 1999.
Sun era demasiado joven para entender qué era Falun Gong o en qué consistía la persecución. Pero recuerda la noche de 2002 en la que su padre llevó a sus dos hijos a una habitación en el piso de arriba, cerró la puerta y les dijo que no salieran bajo ningún concepto.
La policía había venido a detener a Zhu por practicar Falun Gong y, más tarde, fue condenada a siete años de prisión por negarse a denunciar la práctica. Cuando el padre de Sun abrió la puerta para enfrentarse a sus hijos, su madre ya se había ido.
Una tristeza se apoderó de la que una vez fue una familia feliz. Sun recuerda lo perdido que parecía su padre al criar solo a sus dos hijos tras la marcha de su madre, los comentarios sarcásticos de los vecinos y cómo incluso en las clases de la escuela primaria se enseñaba propaganda difamatoria contra Falun Gong.
El niño, antes juguetón y activo, ahora apenas podía levantar la cabeza, preguntándose por qué le estaba pasando esto a su familia, o por qué habían detenido a su madre, a pesar de que era una buena persona.
La veía durante las visitas anuales y le decía lo mucho que la echaba de menos, y ella siempre le prometía que volvería pronto, pero pasarían siete años antes de que la liberaran. Zhu podría haber sido liberada antes si hubiera denunciado a Falun Gong y sus principios de verdad, compasión y tolerancia. Ella no creía que eso fuera lo correcto.
En 2009, la condena de Zhu había terminado y fue puesta en libertad, pero dijo que el acoso de las autoridades chinas no cesó. De repente, se informó a la familia de que, como ciudadano taiwanés, Sun ya no podría asistir a la escuela. La cuestión de su nacionalidad nunca había sido un problema antes, y la denegación de la escolarización se produjo junto con la presión continua para que renunciara a su fe.
Para entonces, el abuelo de Sun en Taiwán había fallecido, por lo que no tenían parientes en el extranjero, pero Zhu creía que la mejor oportunidad de Sun para tener una educación y un futuro libre del PCCh sería ir a Taiwán.
Sun, con su pasaporte taiwanés, no tendría ningún problema para hacerlo, pero a Zhu se le impuso una prohibición de salida del país porque había sido detenida por no denunciar a Falun Gong. Decidir que Sun viajara a Taiwán sería un acto de fe y una de las decisiones más difíciles que la familia tendría que tomar. Las personas del entorno de Zhu, desde su familia hasta sus vecinos, la criticarían por esa decisión.
"Fue muy doloroso", dijo Zhu a The Epoch Times. "Y Hungwei [Sun] fue muy comprensivo".
"De hecho, no dejaba de intentar tranquilizarme... pero los dos días antes del viaje estaba muy ansioso y ni siquiera podía comer", dijo.
"Me preguntó: ¿'Volveré a verte alguna vez?'. Cada vez que hablo de esto, el dolor es tan fresco como siempre; me hace llorar", dijo Zhu emocionada. "Le dije: 'Sí, nos volveremos a ver pronto en Taiwán'... aunque no teníamos ni idea de si realmente podríamos ir y volver a vernos".
Solo medio año después de que madre e hijo se reunieran, volverían a separarse. Aunque Sun había nacido en Taiwán, no tenía ningún recuerdo de ello y volaría por primera vez solo a un país extranjero para quedarse con un amigo lejano de la familia al que nunca había conocido, otro practicante de Falun Gong, que trataría a Sun como a su propio hijo.
Una misión y un hogar
En 2010, Sun asistió por primera vez a una representación de Shen Yun."Recuerdo que después de verlo, quedé impresionado. Quería formar parte de esta misión", dijo Sun a The Epoch Times. No podía recordar los detalles de cómo la actuación lo conmovió tanto, pero además de dar vida a cinco milenios de civilización china en el escenario, los programas de Shen Yun también incluyen una danza basada en una historia que muestra a los practicantes de Falun Gong en China manteniendo su fe frente a la persecución del PCCh.
La persecución a Falun Gong, que le había impedido a Sun siquiera levantar la cabeza cuando era niño, era algo que estos artistas rechazaban con orgullo en el escenario, y eso le inspiró profundamente.
En aquel momento, a Sun no se le había ocurrido dedicarse profesionalmente a la danza. Pero cuando el amigo de la familia con el que se alojaba le animó a probar y a apuntarse al estudio local de danza clásica china, Sun pensó: ¿Por qué no? Allí descubrió que la danza clásica china exige a los bailarines masculinos una forma fuerte, masculina y valiente.
Sun siempre fue atlético y, después de menos de un año en el estudio, fue aceptado en la Academia de Artes Fei Tian de Nueva York, una escuela afiliada a Shen Yun.
"Venir a Estados Unidos fue un gran punto de inflexión", dijo Sun. No siente más que gratitud hacia los practicantes de Falun Gong que le acogieron en Taiwán y hacia el amigo de la familia que le crió como si fuera suyo, pero cuando se unió a Fei Tian, y más tarde a Shen Yun, experimentó por primera vez un sentimiento de camaradería que le hizo "sentirse como en casa".
Sentía que era lo contrario de su experiencia en China, donde la gente cotilleaba sobre Sun como el niño sin madre porque Zhu no renunciaba a Falun Gong.
"Aquí, todo el mundo te desea sinceramente lo mejor", dijo Sun. "Mirando atrás, he cambiado mucho sin darme cuenta de cuándo ocurrió; me he vuelto más abierto y más feliz".
Zhu pudo ver inmediatamente cómo había cambiado Sun en los cinco años desde que lo vio por última vez. En 2014, la prohibición de salida de Zhu había expirado y la familia pudo venir a Estados Unidos. Ella vio a Sun inmediatamente cuando salió del coche. No era solo que se había vuelto tan alto y guapo, dijo, sino que ahora se comportaba con una dignidad que la nube de la persecución religiosa del PCCh había intentado borrar de él.
Zhu añadió que Sun quizá se sorprendiera de su trayectoria hasta convertirse en bailarín, pero ella recuerda que de niño siempre fue un intérprete experto, y le pedía que lo viera mientras repetía un truco atlético o una actuación que había visto ese mismo día.
Cuando lo vio en el escenario por primera vez, "me impresionó mucho verlo bailar tan bien, y me sentí muy agradecida", dijo Zhu. "Falun Gong ha aportado mucho a su vida, como él mismo compartió: Una misión, un propósito. Se ha convertido en la voz de los que no tienen voz, utilizando la danza para decir la verdad al mundo".
El público asiste a una actuación de Shen Yun Performing Arts en el Lincoln Center de Nueva York, el 14 de enero de 2016. (Larry Dye/The Epoch Times)
China antes del comunismo
Sun lleva ya 13 años de gira con Shen Yun y afirma que durante ese tiempo adquirió una comprensión más profunda de la fe, el arte y la cultura tradicional. La estética de Shen Yun tiende hacia lo brillante y lo bello, con elecciones estilísticas que promueven la compasión, la belleza y la dignidad humana."Queremos ofrecer al público algo que sea compasivo y bello", afirma Sun. "Queremos restaurar la cultura tradicional".
"Por supuesto que hay dificultades, y muchas, pero sabiendo lo que ya he superado, siento que puedo manejarlo", dijo. "Hay presión, pero encuentro que lo que hago es tan significativo que no es una carga, sino un honor, algo por lo que estoy agradecido".
"Yo mismo he experimentado la persecución y ese ambiente en China, por lo que me siento aún más motivado para defender a las personas que siguen pasando por lo que pasó mi madre", dijo Sun.
Los miembros de Shen Yun practican Falun Gong y muchos han sufrido personalmente o han tenido amigos o familiares que han sufrido la persecución a manos del PCCh.
"El PCCh ha perseguido a Falun Gong, pero también al pueblo chino en su conjunto", dijo Sun, señalando las décadas de terror bajo el régimen del PCCh y las mentiras que el PCCh entrega al pueblo sobre Falun Gong y otros temas. "Por eso también queremos denunciar la persecución que está cometiendo el PCCh".
Hace un año Sun fue elegido para interpretar a un practicante de Falun Gong en China perseguido por el PCCh, y la historia incluía la práctica del régimen de extraer órganos en vivo a presos de conciencia.
"En China, todo el mundo sabe que esto está ocurriendo a gran escala", dijo Sun. "Pero fuera de China, la gente a veces no conoce [el alcance de esta persecución]".
"Me sentí honrado de dar vida a esta historia, de contarle a la gente la verdad de la situación", dijo.
Los artistas de Shen Yun exponen la verdad corriendo un riesgo enorme. Shen Yun presenta "la China antes del comunismo" a través de un espectáculo de música y danza de dos horas de duración, algo que el PCCh ha intentado borrar desde que tomó el poder.
The Epoch Times, otros medios de comunicación y organizaciones de derechos humanos han documentado a lo largo de los años los continuos esfuerzos del PCCh para impedir que Shen Yun actúe, ya sea ejerciendo presión diplomática sobre teatros y gobiernos, contratando a personas para que protesten contra las actuaciones y acosen a los espectadores, o amenazando a los familiares de los miembros de Shen Yun que residen en China.
La temporada pasada, los teatros de todo el mundo experimentaron un aumento significativo del acoso por acoger a Shen Yun, según varios miembros de Shen Yun que recordaron conversaciones con el personal de los teatros. En particular, han sido objeto de mensajes amenazantes, como la falsa amenaza de bomba que provocó la evacuación y el registro exhaustivo del Kennedy Center Opera House a principios de este año.
Sun dijo que estas amenazas deben ser condenadas al más alto nivel. Aunque las amenazas no han detenido ninguna actuación, los remitentes pueden enviar un mensaje con un mínimo esfuerzo y eso hace que los teatros y las fuerzas del orden tengan que dedicar el máximo esfuerzo a la seguridad. Es una farsa, dijo.
Sun y muchos otros miembros de Shen Yun albergan la esperanza de poder actuar algún día en China.
"En realidad, la mayoría de nosotros somos de China, quizá de segunda o tercera generación, si no directamente, y muchos hemos sufrido la persecución en primera persona. Por supuesto que queremos volver, sigue siendo nuestra patria y queremos llevar la verdad al pueblo chino", dijo. "Tenemos muchas ganas de que Shen Yun actúe en China".
El bailarín de Shen Yun Hungwei Sun se unió a los practicantes de Falun Gong en un desfile en la ciudad de Nueva York el 20 de julio de 2025, para pedir el fin de los 26 años de persecución del Partido Comunista Chino contra Falun Gong. (Benny Zhang/The Epoch Times)
