La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirmó el miércoles que una nueva cepa de COVID-19 dominante en China parece estar provocando un aumento de los casos en algunas partes del mundo y que actualmente se está propagando por el sudeste asiático, las regiones del Pacífico occidental y el Mediterráneo.
La nueva variante, denominada NB.1.8.1, provocó un resurgimiento del virus en China en las últimas semanas, según afirmaron las autoridades. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. informaron a The Epoch Times a principios de esta semana que la variante se ha detectado en Estados Unidos, aunque hasta ahora se han encontrado unas 20 secuencias.
La nueva variante, que crece a nivel global, alcanzó a mediados de mayo casi el 11 % de las muestras secuenciadas notificadas. La OMS la designó la semana pasada como "variante bajo vigilancia" y considera que el riesgo para la salud pública es bajo a nivel mundial, y se espera que las vacunas actuales sigan siendo efectivas.
En su actualización del miércoles, la OMS indicó que algunos países del Pacífico occidental, entre ellos China, registraron aumentos en casos de COVID-19 y hospitalizaciones. Sin embargo, no hay nada hasta ahora que sugiera que la enfermedad asociada a la nueva variante sea más grave que con otras variantes.
“La OMS observó aumentos recientes en cuatro países y zonas hasta la fecha: Camboya, China, Hong Kong ... y Singapur”, indicó la OMS en su actualización.
La variante denominada LP.8.1 es actualmente la versión dominante en todo el mundo, añadió la OMS. Sin embargo, ni la LP.8.1 ni la NB.1.8.1 han mostrado signos de que puedan suponer un "mayor riesgo para la salud pública" en comparación con otras variantes circulantes, según el organismo de salud de la ONU.
"Para permitir una evaluación y gestión sólidas del riesgo de COVID-19, la OMS reitera sus recomendaciones a los Estados miembros de que sigan vigilando y notificando la actividad y la carga del SARS-CoV-2, los efectos de la COVID-19 en la salud pública y los sistemas de atención sanitaria, y refuercen la capacidad de secuenciación genómica y la notificación, en particular de la información sobre las variantes del SARS-CoV-2, de forma rápida y transparente, a fin de apoyar los esfuerzos mundiales en materia de salud pública", afirmó la organización, en referencia al virus que causa la COVID-19.
Los controles aeroportuarios en Estados Unidos han detectado la nueva variante en viajeros procedentes de esas regiones con destino a California, el estado de Washington, Virginia y Nueva York, según informaron las autoridades.
Un portavoz de los CDC declaró a The Epoch Times el domingo por la noche que, aunque se ha detectado la variante NB.1.8.1 en Estados Unidos, "hasta la fecha hay menos de 20 secuencias en los datos de vigilancia de referencia de Estados Unidos".
“No alcanzó el umbral para incluirla en el panel de control de datos de COVID. Supervisamos todas las secuencias del SARS-CoV-2 y, si aumenta en proporción, aparecerá en el panel de control de datos", añadió el portavoz.
La cepa NB.1.8.1 es un derivado de la línea genética XDV de la COVID-19, y sublinajes circulan desde hace meses en el mundo, incluyendo China.
Las estadísticas publicadas la semana pasada por el Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades indicaban que la NB.1.8.1 es la cepa dominante en China. Uno de los nuevos síntomas es un dolor de garganta agudo y ardiente, según informaron los médicos a los medios de comunicación.
La semana pasada, la OMS también dijo que “aunque reportan aumentos en casos y hospitalizaciones” en sus países miembros, “no hay informes que sugieran que la gravedad de la enfermedad sea mayor en comparación con otras variantes circulantes”.
Esto se produce tras el cambio de postura oficial de Estados Unidos sobre la vacunación contra el COVID-19, según un anuncio del secretario de Salud, Robert F. Kennedy, esta semana. Kennedy afirmó que las vacunas contra el COVID-19 ya no se recomiendan para mujeres embarazadas y niños sanos.
A principios de este año, el presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva para retirar a Estados Unidos de la OMS, alegando lo que su administración calificó como falta de transparencia del organismo sanitario de la ONU con respecto al COVID-19. La Casa Blanca también modificó el mes pasado su página sobre el COVID-19 para afirmar que el virus probablemente surgió en un laboratorio de Wuhan, China, en 2019.
Con información de The Associated Press.
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