El secretario de Defensa, Pete Hegseth, prometió el sábado que Estados Unidos seguirá apoyando a sus aliados del Indo-Pacífico para mantener la paz y la estabilidad, al tiempo que advirtió de una amenaza militar inminente por parte de China.
En su intervención en el Diálogo Shangri-La en Singapur, Hegseth dijo que China está realizando preparativos creíbles para utilizar la fuerza militar con el fin de cambiar «el equilibrio de poder» en el Indo-Pacífico, y señaló que, aunque nadie sabe qué hará el Partido Comunista Chino (PCCh) con respecto a Taiwán y sus otros vecinos en el Indo-Pacífico, «Estados Unidos y sus aliados deben estar preparados con 'urgencia y vigilancia'».
El PCCh, que nunca ha gobernado Taiwán, considera que la isla autónoma es una provincia renegada y nunca ha descartado la posibilidad de utilizar la fuerza para controlarla.
Hegseth advirtió de que cualquier intento de Beijing de apoderarse de la isla gobernada democráticamente podría tener «consecuencias devastadoras» tanto para la región como para el mundo.
«No hay razón para endulzarlo: la amenaza que representa China es real y podría ser inminente», afirmó.
Hegseth instó a las naciones del Indo-Pacífico a aumentar su gasto en defensa para reforzar sus capacidades militares, citando el compromiso de los miembros de la OTAN de destinar el 5 % de su producto interior bruto a la defensa.
«¿Cómo puede tener sentido que los países europeos hagan eso cuando sus principales aliados y socios en Asia gastan mucho menos ante una amenaza mucho más formidable por parte de la China comunista, por no hablar de Corea del Norte?», se preguntó.
Hegseth afirmó que la Administración Trump pretende restablecer la disuasión en la región Indo-Pacífico reforzando su «postura de fuerza avanzada» en el Pacífico occidental, ayudando a los aliados a reforzar sus capacidades de defensa y reconstruyendo sus bases industriales de defensa.
El jefe del Pentágono afirmó que el presidente Donald Trump se ha comprometido a no permitir que China invada Taiwán mientras él esté en el cargo, y pidió a los aliados regionales que colaboren con Estados Unidos en los esfuerzos para prevenir una posible guerra.
Reiteró que Estados Unidos no tiene intención de entrar en conflicto con China. Sin embargo, añadió que Washington se niega a «ser expulsado de esta región crítica» y no permitirá que sus aliados sean subordinados.
«Permítanme ser claro una vez más: Estados Unidos no busca la guerra. No buscamos dominar ni estrangular a China», afirmó. «Pero debemos asegurarnos de que China no pueda dominarnos, ni a nosotros ni a nuestros aliados y socios».
Hegseth afirmó que, si la disuasión falla, Estados Unidos «estará preparado para hacer lo que mejor sabe hacer el Departamento de Defensa: luchar y ganar, de forma decisiva».
El ministro de Defensa chino, Dong Jun, no asistió al foro de seguridad por motivos no revelados, pero Beijing envió en su lugar a una delegación de la Universidad Nacional de Defensa del Ejército Popular de Liberación.
A principios de este mes, Hegseth emitió un memorándum en el que ordenaba al Ejército recortar 1000 puestos de trabajo en lo que denominó una «transformación integral» para crear una fuerza más ágil y letal que dé prioridad a la defensa de Estados Unidos y a la disuasión de China en el Indo-Pacífico.
Hegseth afirmó en su memorándum que el Ejército debe dar prioridad a las inversiones que se ajusten a la estrategia de la Administración Trump y garantizar que los recursos existentes se utilicen para mejorar capacidades como el fuego de precisión de largo alcance, la defensa aérea y antimisiles, la guerra cibernética y electrónica, y las capacidades contraespaciales.
El PCCh ha intensificado su actividad militar en torno a Taiwán en los últimos años. Ante la campaña de intimidación militar en curso, el Ministerio de Defensa de Taiwán informó de que el 28 de mayo se avistaron 31 aviones de combate chinos, nueve buques y un barco oficial operando alrededor de la isla. El ministerio afirmó que 22 de los aviones cruzaron la línea mediana y entraron en la zona de identificación de defensa aérea de Taiwán, lo que llevó a Taiwán a desplegar sus aviones para vigilar sus movimientos.
Beijing también reivindicó sus reivindicaciones territoriales sobre casi todo el mar de la China Meridional, incluidos los arrecifes que se superponen a las zonas económicas exclusivas de Vietnam, Malasia, Brunei, Taiwán y Filipinas.
Con información de Katabella Roberts.
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