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Imagen ilustrativa: (Uso gratuito bajo licencia de Pixabay)

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Cuando tu mente no puede soltar los pensamientos

Cuando la fijación domina tus pensamientos, hay una forma de liberarte

VIDAPor Leo Babauta
10 de junio de 2025, 3:27 p. m.
| Actualizado el10 de junio de 2025, 3:27 p. m.

A veces, la mente de una persona puede quedarse fijada en un pensamiento o idea —y negarse a soltarlo. Para algunas personas, esto es algo continuo, aunque no lo perciban.

¿Cómo saber si la mente está aferrándose a algo? Aquí algunos signos:

- No se deja ir una discusión.

- Se es conocido por siempre querer tener la razón.

- Se reproducen conversaciones en la mente, discutiendo internamente.

- Se hieren por una ofensa durante mucho tiempo.

- Se guarda rencor.

- Se está frustrado porque las cosas no son como se desearía que fueran.

- Las personas se cansan de escuchar quejas o frustraciones por las mismas cosas todo el tiempo.

- Se siente arrepentimiento por cosas pasadas y se desearía poder regresar y rehacer momentos clave de la vida.

- No se puede perdonar a sí mismo por algo que hizo.

Es normal que la mente se obsesione ocasionalmente con algo, pero si no se puede soltar, la mente se vuelve cada vez más rígida.

Fijarse en algo puede afectar las relaciones, la capacidad de enfocarse en el presente y la felicidad.

Fijarse en algo puede ser una fortaleza hasta cierto punto, actuando como una fuerza protectora o un impulso para generar acción. Sin embargo, si se desea tener una mente más fluida, es necesario dejar ir los pensamientos en algún momento.

Veamos cómo soltar.

Por qué la mente se fija

Comencemos por entender por qué la mente se fija en algo en primer lugar. Supongamos que no es porque la mente no quiera que se sea feliz o no sea lo suficientemente inteligente como para dejar ir las cosas.

La mente naturalmente desea que las cosas sean como ella quiere que sean —como nos gustan. La fijación ocurre cuando nos aferramos a esas cosas.

¿Por qué nos aferramos? Porque tenemos miedo de que, si las cosas no son como queremos que sean, no estaremos bien.

- Si se está equivocado en una discusión, el miedo podría ser que las personas piensen que se es estúpido.

- Si no se defiende contra la crítica de alguien, el miedo podría ser que no se es una buena persona —o que no se sea visto como tal.

- Si no se guarda rencor o resentimiento, el miedo podría ser que las personas se lleguen a aprovechar de mí y me falten al respeto.

- Si se está frustrado porque las cosas no son como se quiere que sean, el miedo podría ser que no se tendrá control sobre una situación aterradora.

¿Alguna de estas situaciones le resulta familiar? Probablemente los miedos sean cosas o resultados con los que no se estaría bien por alguna razón.

Cómo dejar ir

Saber por qué la mente se fija —identificar el miedo— puede ayudar a comprender cómo comenzar a dejar ir. Primero se debe reconocer el miedo de que, por alguna razón, no se estará bien. Es un miedo comprensible.

Luego, se podría preguntar: "¿Qué necesita mi miedo para sentir que estaré bien?" La primera reacción podría ser: "¡Necesito que las cosas sean como quiero que sean!" Lo cual, por supuesto, es la creencia subyacente a la tendencia de la mente a aferrarse.

Pero, ¿qué pasaría si no se necesitara que las cosas fueran de esa manera para estar bien? ¿Qué pasaría si se pudiera confiar en que se estará bien, sin importar cómo resulten las cosas? Intente imaginarse estando bien —aunque no se tenga la razón, o alguien piense cosas malas, o se haya hecho algo embarazoso, si las cosas simplemente no son como se quieren que sean.

Si se puede imaginar estar bien a pesar de todo, ¿qué herramienta podría ser necesaria para ayudar en la situación actual? Simplemente se necesita una respiración más profunda, algo de presencia y algo de amor.

Cuando se tiene eso, no se necesita que las cosas sean de una manera determinada.

Cómo practicar el dejar ir

Tomemos todo eso y pongámoslo en práctica:

1. Notar cuando la mente está fija. Esto usualmente va acompañado de frustración o la incapacidad de soltar una discusión o un resentimiento y se manifiesta como una tensión en el cuerpo y la mente. Si lo único que se hace es notar esto, se estará avanzando.

2. Pausar y reconocer el miedo. Respirar por un momento. Notar que el miedo de no estar bien causa que se esté aferrando a algo. Notar que está causando frustración. Ahora, simplemente reconocer el miedo, respirar, y darle algo de presencia y amor.

3. Recordarse a sí mismo que siempre estará bien. Comenzar a desarrollar una profunda confianza en su bienestar recordándose a sí mismo que estar en lo correcto, sentirse ofendido o tener las cosas a su manera no son necesarios para estar bien. Puede estar bien sin importar cómo resulten las cosas. Confíe en ello.

4. Ahora dejarlo ir. Respirar y reconocer que podría estar equivocado. Reconocer que la otra persona pudo haber tenido buenas intenciones. Reconocer que no necesita que las cosas sean a su manera. Perdonar a la otra persona o a sí mismo. Sentir cómo esto lo libera y lo llena de paz.

Estos pasos podrían no ser fáciles. Está bien, no es necesario estar apegado a hacerlo correctamente, solo practique. Observe lo que sucede con una mente curiosa.

Luego, observe lo que podría suceder si deja que su mente se libere y fluya. Vea qué tipo de apertura podría surgir. Lo espera una nueva perspectiva.


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