Una corte federal de apelaciones dictaminó que la administración Trump puede seguir manteniendo a las tropas de la Guardia Nacional en Illinois bajo control federal, pero no puede desplegarlas en Chicago mientras se desarrolla el proceso de apelación.
El presidente Donald Trump ha intentado desplegar tropas de la Guardia Nacional en Chicago para ayudar en la lucha contra la delincuencia en la ciudad, pero se ha enfrentado con obstáculos legales en el camino. El 10 de octubre, la jueza April Perry, de la Corte de Distrito de los Estados Unidos para la División Norte de Illinois, concedió al estado de Illinois y a la ciudad de Chicago una orden de restricción temporal que bloquea el despliegue de la Guardia Nacional.
Inmediatamente después de la orden de Perry, la administración Trump presentó una apelación ante la Corte de Apelaciones del Séptimo Circuito, con el fin de suspender la orden de restricción de la corte inferior.
El 11 de octubre, la corte de apelaciones determinó que la corte inferior no podía impedir que la administración Trump llamara a las tropas de la Guardia Nacional para servicios federales, pero se negó a suspender la orden de la corte inferior que prohibía el despliegue de esas tropas en todo el estado de Illinois.
Alrededor de 500 soldados de la Guardia Nacional de Illinois y Texas fueron movilizados para desplegarse en Chicago. La mayoría de esos soldados permanecieron en el Centro de Entrenamiento de la Reserva del Ejército en Elwood, pero un pequeño grupo fue enviado a un edificio del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas en Broadview.
"Los miembros de la Guardia Nacional no necesitan regresar a sus estados de origen a menos que una corte les ordene hacerlo", dice la decisión de la corte de apelaciones.
La decisión de la Corte de Apelaciones del Séptimo Circuito es similar a la emitida por la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito a principios de esta semana, en respuesta a los recursos legales presentados contra el despliegue de la Guardia Nacional en Oregón. Al igual que en el caso de Illinois, la administración Trump había llamado a filas a las tropas de la Guardia Nacional para el servicio federal en Portland, pero una corte de distrito dictó una orden de restricción temporal que bloqueaba dicho despliegue en la ciudad.
Chicago y Portland son dos de las principales ciudades estadounidenses en las que la administración Trump ha tratado de desplegar recursos militares para ayudar en las operaciones federales de control de inmigración y proteger la propiedad federal.
En junio, Trump desplegó tropas de la Guardia Nacional y marines estadounidenses en Los Ángeles.
En agosto, el presidente estableció el control federal temporal sobre el departamento de policía local de Washington D. C. y envió tropas de la Guardia Nacional a la capital del país para ayudar en las labores de las fuerzas del orden locales.
Las tropas de la Guardia Nacional también han comenzado a patrullar las calles de Memphis, Tennessee, como parte de una iniciativa federal de ley y orden.
Trump lleva semanas generando expectación sobre una posible movilización de tropas a Chicago.
En septiembre, Trump compartió una publicación en las redes sociales en la que evocó la película "Apocalypse Now" y el reciente cambio de nombre del Departamento de Defensa al Departamento de Guerra, con una leyenda que decía: "Me encanta el olor de las deportaciones por la mañana" y "Chicago está a punto de descubrir por qué se llama Departamento de GUERRA".
Mientras hablaba ante una reunión de altos mandos militares el 30 de septiembre, Trump comentó que sugirió al secretario de Guerra, Pete Hegseth, que la administración debería utilizar las ciudades con altos índices de criminalidad "como campos de entrenamiento para nuestras fuerzas armadas", y añadió que "muy pronto iremos a Chicago"».
Con información de los reporteros de The Epoch Times Joseph Lord y Nathan Worcester, y The Associated Press.
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