Nasry Asfura, el candidato del Partido Nacional Conservador respaldado por el presidente estadounidense Donald Trump, lideró por un estrecho margen las reñidas elecciones presidenciales de Honduras con más de la mitad de los votos escrutados, según los resultados preliminares y parciales.
Las elecciones se perfilaban como un final reñido, ya que los primeros resultados mostraban que Asfura, de 67 años, había obtenido alrededor del 40 % de los votos escrutados hasta el momento, mientras que Salvador Nasralla, del Partido Liberal de centro-derecha, le seguía de cerca con un 39.78 %. Rixi Moncada, del partido gobernante de izquierda LIBRE, ocupaba el tercer lugar con un 20 %.
En el período previo a las elecciones del 30 de noviembre, Trump mostró su apoyo a Asfura, apodado "Tito", en una serie de publicaciones en las redes sociales. Trump dijo que podría trabajar con él para combatir el tráfico de drogas y se refirió a la ayuda económica que Estados Unidos ha proporcionado a Honduras.
Una reciente revisión del Congreso señala que, entre los años fiscales 2015 y 2024, las agencias estadounidenses entregaron en total cerca de 1600 millones de dólares en ayuda exterior a Honduras.
Trump dijo en una publicación del 28 de noviembre en Truth Social que "si [Asura] no gana, Estados Unidos no malgastará más dinero".
"¡Tito será un gran presidente y Estados Unidos colaborará estrechamente con él para garantizar el éxito, con todo su potencial, de Honduras!", dijo el presidente, y añadió": "¡Hagamos que Honduras vuelva a ser grande!" en mayúsculas.
Alrededor del 73 % de los hondureños vivían en situación de pobreza, mientras que aproximadamente el 54 % de la población se encontraba en situación de pobreza extrema, según las cifras de 2022 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
El 28 de noviembre, Trump anunció sus planes de conceder el indulto al expresidente hondureño Juan Orlando Hernández, quien actualmente cumple una condena de 45 años de prisión en Estados Unidos por delitos de tráfico de drogas y armas de fuego. Hernández, que ocupó el cargo durante dos mandatos entre 2014 y 2022, era político del Partido Nacional.
El presidente argentino Javier Milei también expresó su apoyo a Asfura en las redes sociales.
"Mi apoyo total es para Tito Asfura, el candidato que mejor representa a la oposición a los tiranos de izquierda que destruyeron Honduras", dijo Milei en una publicación del 28 de noviembre en X. "Estamos siguiendo de cerca el proceso electoral de Honduras para garantizar que se respete la voluntad popular y la libertad en la región".
Tanto Asfura, exalcalde de la capital, Tegucigalpa, como Nasralla han dicho que considerarían reanudar las relaciones diplomáticas con Taiwán, después de que se rompieran en 2023.
Un soldado vigila un colegio electoral durante las elecciones generales en Tegucigalpa, Honduras, el 30 de noviembre de 2025. (Moises Castillo/AP Photo)
Dudas sobre la integridad de las elecciones
Las elecciones del 30 de noviembre se realizaron en un clima político tenso, con acusaciones de fraude electoral. Moncada ha insinuado que no reconocerá los resultados oficiales, mientras que la Organización de los Estados Americanos expresó su preocupación a principios de noviembre sobre el proceso electoral.Algunos ciudadanos y observadores electorales criticaron a los funcionarios por rechazar a algunas personas que aún estaban esperando para votar.
La presidenta saliente, Xiomara Castro, compartió un mensaje de su esposo, el expresidente Manuel Zelaya, en el que instó a mantener la vigilancia hasta el escrutinio final y el recuento de todos los votos presidenciales.
La mayoría de las encuestas pronosticaron un empate virtual entre los tres candidatos en los días previos a las elecciones.
En las elecciones se elegirán 128 miembros del Congreso, cientos de alcaldes y miles de otros funcionarios públicos, así como el presidente, que gobernará el país entre 2026 y 2030.
El subsecretario de Estado de los Estados Unidos, Christopher Landau, dijo en una publicación del 12 de noviembre en X que los Estados Unidos responderían "rápida y decididamente a cualquiera que debilite la integridad del proceso democrático en Honduras".
Honduras fue testigo de un golpe de Estado en 2009, cuando una alianza de militares, políticos y empresarios derrocó a Manuel Zelaya, esposo de la presidenta saliente.
En 2021, los hondureños votaron abrumadoramente a favor de Castro, poniendo fin a más de un siglo de gobierno de los partidos Nacional y Liberal.
La oficina del fiscal general de Honduras acusó a los partidos de la oposición de planear un fraude electoral, lo cual ellos niegan.
Rixi Moncada, candidata presidencial del partido gobernante Libertad y Refundación (LIBRE), muestra su dedo manchado de tinta después de votar en las elecciones generales en Tegucigalpa, Honduras, el 30 de noviembre de 2025. Emmanuel Andrés/AP Photo
Aseguran que las grabaciones fueron hechas con IA
Los fiscales han abierto una investigación sobre unas grabaciones de audio en las que un político de alto rango del Partido Nacional parecía discutir planes con un militar no identificado para influir en las elecciones. El escándalo sobre las grabaciones desempeñó un papel importante en la campaña de Moncada.El Partido Nacional declaró que las grabaciones se crearon con IA.
El ejército hondureño ha sido criticado por pedir al Consejo Nacional Electoral que le proporcionara copias de las hojas de recuento el día de las elecciones, lo que viola las leyes electorales del país.
Estas tensiones aumentaron la creciente desconfianza de la población hacia las autoridades electorales y el proceso electoral en general.
Castro, la primera mujer en gobernar Honduras, aumentó la inversión pública y el gasto social durante su mandato. La pobreza disminuyó, pero se mantiene alta, y la economía ha crecido ligeramente.
Aunque la tasa de homicidios del país ha caído a su nivel más bajo en la historia reciente, la delincuencia y la violencia constituyen un grave problema en este país centroamericano.
Los grupos de derechos humanos han criticado a Castro por mantener un prolongado estado de emergencia en algunas partes del país y por seguir confiando en el ejército para mantener el orden público, continuando con el enfoque adoptado por su predecesor.
Human Rights Watch concluyó en un informe de 2024 que Castro "incumplió en gran medida su promesa de fortalecer los derechos humanos y las instituciones democráticas en Honduras".
Con información de The Associated Press y Reuters.
