Un grupo de 260 mineros que quedaron atrapados bajo tierra el jueves en una mina de oro en el norte de Sudáfrica, cerca de Johannesburgo, fueron rescatados y subidos a la superficie, confirmó la empresa minera Sibanye Stillwater.
En un comunicado difundido a última hora del viernes, la compañía confirmó que la totalidad de los mineros habían sido subidos a la superficie, después de que un incidente en la maquinaria los dejara atrapados el jueves.
"Se llevaron a cabo inspecciones de seguridad exhaustivas y una evaluación de la integridad del pozo, junto con las reparaciones necesarias, antes de que los empleados pudieran salir a la superficie con seguridad", afirmó la empresa.
"En base a estas evaluaciones de seguridad, se tomó la decisión de que los empleados permanecieran en sus respectivas estaciones subterráneas en lugar de utilizar las rutas de escape de emergencia, que habrían requerido largas distancias a pie", añadió.
El primer grupo de mineros salió a la superficie a las 13:30 hora local (11:30 GMT) y el segundo a las 19:30 (17:30) del viernes.
Todos los empleados rescatados recibirán un examen médico si lo necesitan, señaló la empresa, que había asegurado anteriormente que se les hizo llegar comida y agua.
Sin embargo, el portavoz del Sindicato Nacional de Mineros (NUM, por sus siglas en inglés), Livhuwani Mammburu, declaró el viernes a medios locales que su organización no tenía confirmación de que los afectados tuvieran acceso a agua y comida, al detallar que el accidente ocurrió hacia las 22:00 hora del jueves (20:00 GMT).
Los accidentes en minas suceden con relativa frecuencia en Sudáfrica, donde el pasado enero 78 cuerpos de mineros ilegales fueron recuperados de la Mina de Oro de Buffelsfontein (BGM), en el norte del país, tras pasar meses bajo tierra.
Entonces, tras meses de presión policial para forzar a salir a la superficie a cientos de mineros ilegales —reacios a subir por temor a ser detenidos o por estar retenidos contra su voluntad por mafias—, el Tribunal Superior de Pretoria ordenó el rescate, poniendo fin a un caso que sacudió a la opinión pública y que fue considerado por algunos como una masacre.
En la operación fueron rescatados vivos por la Policía 246 mineros ilegales —conocidos localmente como "zama-zamas" (expresión coloquial en lengua zulú que significa "arriesgarse" o "intentarlo de nuevo")— y se recuperaron 78 cuerpos, a los que deben sumarse otros nueve cadáveres sacados en las semanas anteriores y un minero fallecido en el hospital tras ser rescatado.
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