ANCHORAGE, Alaska — El presidente de EE. UU., Donald Trump, y el presidente ruso, Vladimir Putin, concluyeron el viernes su cumbre de alto riesgo en Alaska, anunciando avances, pero sin un alto el fuego inmediato en el conflicto entre Rusia y Ucrania.
Tras unas tres horas de conversaciones directas, los dos líderes hablaron brevemente en una rueda de prensa conjunta. Ambos afirmaron que la reunión había sido productiva, pero dieron pocos detalles sobre el posible acuerdo para poner fin al conflicto de tres años y medio en Ucrania.
"Espero que el acuerdo de hoy sea el punto de partida no solo para la solución de la cuestión ucraniana, sino que también nos ayude a restablecer unas relaciones pragmáticas y basadas en los negocios entre Rusia y Estados Unidos", declaró Putin, que fue el primero en intervenir.
Putin también afirmó que Trump salió de la reunión comprendiendo los intereses nacionales de Rusia.
El presidente estadounidense declaró: "Hay muchos, muchos puntos en los que estamos de acuerdo. Diría que la mayoría".
"Hay un par de cuestiones importantes en las que aún no hemos llegado a un acuerdo, pero hemos avanzado".
Trump también dijo que "no hay acuerdo hasta que haya acuerdo". Dijo que hablaría con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, y con sus aliados de la OTAN sobre su reunión con Putin.
Trump le dijo a Putin antes de terminar la rueda de prensa: "Probablemente nos veremos muy pronto". Putin respondió: "Quizás la próxima vez en Moscú".
Trump calificó la sugerencia de "interesante" y añadió que "recibiría algunas críticas por ello, pero podría ver que fuera posible".
Putin también dijo que estaba de acuerdo con Trump en que la guerra con Ucrania no habría ocurrido si él hubiera sido el presidente de Estados Unidos en el momento de la invasión rusa.
La visita de Putin a Alaska supone su primer viaje a Estados Unidos desde 2015. También fue la primera reunión cara a cara entre Trump y Putin desde la invasión de Ucrania en febrero de 2022.
Los líderes se reunieron el viernes en la Base Conjunta Elmendorf-Richardson, la mayor instalación militar de Alaska, en un intento por poner fin a más de tres años de guerra, el conflicto más mortífero en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
La cumbre de Alaska marcó un encuentro histórico en suelo estadounidense, no solo por su agenda de alto nivel, sino también por el inusual intercambio personal entre los dos líderes.
Trump y Putin aterrizaron en la base militar con unos 30 minutos de diferencia, llegando Trump antes. Tras un cálido saludo en la pista, Trump y Putin caminaron juntos hacia una tarima mientras aviones de combate estadounidenses —bombarderos furtivos B-2 Spirit y cazas furtivos F-35 Lightning— sobrevolaban el lugar.
A continuación, se dirigieron juntos en "The Beast", la limusina blindada del presidente de Estados Unidos, al lugar de la cumbre.
A continuación, los líderes se sentaron para celebrar su reunión bilateral junto con sus respectivas delegaciones.
Detrás de ellos, un telón de fondo azul mostraba las palabras "En busca de la paz", subrayando el objetivo declarado de la cumbre.
En los días previos a la cumbre, Trump se mostró optimista y afirmó que tanto Putin como Zelenski estaban abiertos a un alto al fuego.
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