La reina madre Sirikit de Tailandia, que aportó glamour y elegancia al renacimiento de la monarquía del país tras la guerra y que, en sus últimos años, se involucró ocasionalmente en la política, falleció a los 93 años, declaró la Oficina de la Casa Real tailandesa el sábado.
Sirikit estuvo alejada de la vida pública desde que sufrió un derrame cerebral en 2012.
El palacio informó que estuvo hospitalizada desde 2019 debido a varias enfermedades y que el 17 de octubre desarrolló una infección en el torrente sanguíneo antes de fallecer el viernes por la noche.
Se declaró un período de luto de un año para los miembros de la familia real y la casa real.
El Gobierno anunció que las oficinas públicas izarán las banderas a media asta durante un mes y pidió a los funcionarios públicos que guarden luto durante un año. Se pidió a los habitantes locales que suelen realizar actividades de ocio que las suspendan durante un mes.
El primer ministro tailandés, Anutin Charnvirakul, canceló sus viajes a la cumbre de la ASEAN en Kuala Lumpur y a la cumbre de la APEC en Corea del Sur la próxima semana debido al fallecimiento de la reina madre. Declaró a los periodistas que viajaría a Malasia para firmar un acuerdo de alto el fuego con Camboya el domingo, pero que después regresaría a Tailandia.
Un icono de estilo que cautivó al mundo
El esposo de Sirikit, el rey Bhumibol Adulyadej, fue el monarca que más tiempo reinó en Tailandia, con 70 años en el trono desde 1946. Ella estuvo a su lado la mayor parte de ese tiempo, ganándose el corazón de los tailandeses con su labor benéfica.Sirikit nació en 1932, el año en que Tailandia pasó de ser una monarquía absoluta a una monarquía constitucional. Era hija del embajador de Tailandia en Francia y llevó una vida de riqueza y privilegios.
Mientras estudiaba música y lenguas en París, conoció a Bhumibol, quien había pasado parte de su infancia en Suiza.
"Fue odio a primera vista", dijo en un documental de la BBC, señalando que él había llegado tarde a su primera cita. "Luego fue amor".
La pareja pasó un tiempo en París y se comprometieron en 1949. Se casaron en Tailandia un año después, cuando ella tenía 17 años.
Sirikit, siempre elegante, colaboró con el modisto francés Pierre Balmain en la creación de llamativos trajes confeccionados con seda tailandesa. Al apoyar la preservación de las prácticas tradicionales de tejido, se le atribuye haber contribuido a la revitalización de la industria de la seda en Tailandia.
Defensora del desarrollo rural
Durante más de cuatro décadas, viajó con frecuencia con el rey a remotas aldeas tailandesas, promoviendo proyectos de desarrollo para los pobres de las zonas rurales, cuyas actividades se televisaban todas las noches en el Boletín Real del país.Fue regente durante un breve periodo en 1956, cuando su esposo pasó dos semanas en un templo, estudiando para convertirse en monje budista en un rito de iniciación común en Tailandia.
En 1976, su cumpleaños, el 12 de agosto, se convirtió en el Día de la Madre y en fiesta nacional en Tailandia.
Su único hijo, ahora rey Maha Vajiralongkorn, también conocido como Rama X, sucedió a Bhumibol tras su muerte en 2016 y, tras su coronación en 2019, el título oficial de Sirikit pasó a ser el de reina madre.
Oficialmente, la monarquía está por encima de la política en Tailandia, cuya historia moderna ha estado dominada por golpes de Estado y gobiernos inestables. Sin embargo, en ocasiones, los miembros de la realeza, incluida Sirikit, han intervenido o tomado medidas consideradas políticas.
En 1998, aprovechó su discurso de cumpleaños para instar a los tailandeses a unirse en apoyo del entonces primer ministro, Chuan Leekpai, lo que supuso un duro golpe para el plan de la oposición de realizar un debate de censura con la esperanza de forzar nuevas elecciones.
Más tarde, se asoció a un movimiento político, la Alianza Popular para la Democracia (PAD), de tendencia monárquica, cuyas protestas derrocaron a los gobiernos liderados por Thaksin Shinawatra, un populista y antiguo magnate de las telecomunicaciones, o aliados a él.
En 2008, Sirikit asistió al funeral de un manifestante de la PAD que murió en enfrentamientos con la policía, lo que supuso un respaldo real a una campaña que había contribuido a derrocar un año antes al gobierno pro-Thaksin.
Para muchos tailandeses, será recordada por su labor benéfica y como símbolo de la virtud maternal. Su muerte será tratada con reverencia en un país en el que cualquier crítica se mantiene a raya gracias a las estrictas leyes de lesa majestad, que prescriben posibles penas de prisión por insultar a la realeza, incluso a los fallecidos.
El sábado, personas vestidas de negro se reunieron frente al Hospital Chulalongkorn, donde falleció Sirikit.
"Cuando me enteré de la noticia, mi mundo se detuvo y me vinieron a la mente recuerdos del pasado de todas las cosas que Su Majestad ha hecho por nosotros", dijo Maneenat Laowalert, de 67 años y residente en Bangkok.
A Sirikit le sobreviven su hijo, el rey, y tres hijas.
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